Dicen que este festival se está convirtiendo en un digno contendiente de los grandes festivales internacionales... Yo no sé realmente qué signifique eso, si se trata de un comentario en cuanto a las bandas que atienden, a la organización, a la gente que asiste o a algún elemento externo.
Del tipo de personas que asisten a ese tipo de festivales ya hemos hablado en otras ocasiones. La banda hipster se mueve en manadas y muchas veces actúan como descerebrados... Aún así, sería injusto clasificar a todas las personas que asisten a un evento de esa magnitud dentro de una sola categoría. Es fácil darse cuenta de lo incorrecto que sería eso al girar la cabeza un poco durante varias de las presentaciones.
De la organización e instalaciones, hablemos poco: el sonido es, cuando menos, deficiente; el enfoque obvio hacia la publicidad para la cervecera que paga el evento es abrumadora y, francamente, molesta. Si quieren que el festival crezca, hagan que crezca la accesibilidad a la música, que, se supone, es lo más importante en estos casos...
Y... obviamente, llegamos a la parte medular: las bandas. En ese aspecto, el cartel efectivamente se ha no solamente duplicado (de ahí la necesidad de extender el evento a dos días), sino diversificado. Bandas dispares en distintos escenarios e, incluso, en el mismo. Sonidos que se complementan y, a la vez, se armonizan de maneras interesantes. Es muy interesante ver las cosas en perspectiva y pensar que durante un mismo día tuviste oportunidad de ver a Hello Seahorse, The Kills, Cat Power, Iron and Wine y The Walkmen.
Momentos impresionantes que me haya tocado ver fueron varios: la impresionante respuesta que obtuvo Cat Power; el show de The Kills, muy distinto a lo que nos ofrecieron en su presentación anterior; The Raveonettes y su excelente utilización de la distorsión y el ruido (no niegan su Sonic Youth-ez); y, por supuesto, la magistral presentación de My Morning Jacket que sorprendieron por igual a quienes los conocían y a quienes no.
Neon Indian sufrió por el sonido en el escenario, New Order sin Peter Hook es una banda muy distinta, los Hello Seahorse actuaron un poco forzados, el vocalista de Zoé se presentó (lo cual en sí mismo es malo), Suede sonaban un poco fuera de rítmo (aunque yo culparía de nuevo al sonido del lugar) y Tegan and Sara son aún más fresas en vivo que en estudio...
Como siempre, un par de noches con sorpresas y desilusiones. Aún así, la verdad es que me la pasé increíble.