Los puristas dirán que, para considerar una cinta como un clásico, tiene que pasar cierto periodo de tiempo. Normalmente, ninguna película estrenada durante la presente década es considerada un clásico, pero nosotros ya hemos hecho excepciones ante esta inútil regla.
Y es que hay películas que están destinadas a ser de culto desde su estreno, lo cual también debería implicar que habrá cintas que sean clásicos instantáneos.
David Lynch es un cineasta norteamericano capaz de crear cintas que guardan las dos características arriba mencionadas. Se trata de un artista difícil, críptico incluso. Sus cintas guardan siempre una especie de atmósfera densa e impenetrable en la que habita el misterio en sí.
Se trata siempre de cintas que retan al espectador y que lo someten a sensaciones y sentimientos diversos. Eso, en la mayoría de los casos, confunde al espectador y lo lleva a preguntarse si lo que está viendo tiene o no algún sentido.
Toda la filmografía de Lynch es recomendable, pero ninguna representa mejor su estilo como Mulholland Drive. En ella, el director nos sitúa en la ciudad de Los Angeles, con todo su glamour y el sol dorado de California, siempre en contraste con la oscuridad y el misterio que envuelve a todos los personajes de la cinta.
Hay dos elementos principales que se abordan en la cinta. Uno es el oscuro mundo de Hollywood, que, a distancia, nos hacen creer que es todo glamour y simpatía, pero que, en el fondo, oculta intereses más bien... siniestros.
El otro elemento es el que me parece el más interesante: la femeneidad. El lado femenino de la consciencia humana (que, obviamente, habita en todos nosotros). El amor, el desamor y la soledad en todos sus niveles distintos.
David Lynch utiliza lo que en un cómic describían como "ensaladera de mundos", es decir, una mezcla de realidades distintas que no siempre son lo que parecen y que no necesariamente son reales... Al final, el misterio debe ser develado por cada uno de los espectadores a su manera, con los elementos que pudo recuperar de la experiencia multisensorial.
Destaca la actuación de Naomi Watts que, si bien al principio parece una actuación más bien forzada, conforme la cinta avanza adquiere matices mucho muy distintos y se convierte en su mejor actuación (en mi opinión) a la fecha...
Y es que hay películas que están destinadas a ser de culto desde su estreno, lo cual también debería implicar que habrá cintas que sean clásicos instantáneos.
David Lynch es un cineasta norteamericano capaz de crear cintas que guardan las dos características arriba mencionadas. Se trata de un artista difícil, críptico incluso. Sus cintas guardan siempre una especie de atmósfera densa e impenetrable en la que habita el misterio en sí.
Se trata siempre de cintas que retan al espectador y que lo someten a sensaciones y sentimientos diversos. Eso, en la mayoría de los casos, confunde al espectador y lo lleva a preguntarse si lo que está viendo tiene o no algún sentido.
Toda la filmografía de Lynch es recomendable, pero ninguna representa mejor su estilo como Mulholland Drive. En ella, el director nos sitúa en la ciudad de Los Angeles, con todo su glamour y el sol dorado de California, siempre en contraste con la oscuridad y el misterio que envuelve a todos los personajes de la cinta.
Hay dos elementos principales que se abordan en la cinta. Uno es el oscuro mundo de Hollywood, que, a distancia, nos hacen creer que es todo glamour y simpatía, pero que, en el fondo, oculta intereses más bien... siniestros.
El otro elemento es el que me parece el más interesante: la femeneidad. El lado femenino de la consciencia humana (que, obviamente, habita en todos nosotros). El amor, el desamor y la soledad en todos sus niveles distintos.
David Lynch utiliza lo que en un cómic describían como "ensaladera de mundos", es decir, una mezcla de realidades distintas que no siempre son lo que parecen y que no necesariamente son reales... Al final, el misterio debe ser develado por cada uno de los espectadores a su manera, con los elementos que pudo recuperar de la experiencia multisensorial.
Destaca la actuación de Naomi Watts que, si bien al principio parece una actuación más bien forzada, conforme la cinta avanza adquiere matices mucho muy distintos y se convierte en su mejor actuación (en mi opinión) a la fecha...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario