16.12.07

EDITOR Y'all 12-2007


Denme un micrófono, pónganme en pantalla y conviértanme en su rey


No termino de entender el cariño que la gente siente por sus "artistas" y "celebridades" favoritos. Hay ocasiones en las que su fanatismo llega a niveles ridículos.

Lo peor de esta gente puede observarse cuando uno de esos personajes "importantes" se muere. Los medios de comunicación (ávidos, como siempre, de sangre o algo sórdido que mostrar hasta el cansancio por televisión) comienzan a crear un cierto sentimiento de tristeza entre la gente. "Pobre tal... y malditos criminales que siempre se salen con la suya... lo que debe estar sufriendo su familia... y no es para menos, las autoridades deberían de abrir los ojos y ponerle fin a estas injusticias..." Todo el día escuchamos éso, todo el día la gente se va llenando de un sentimiento extraño de simpatía (para con el "afectado") y enojo (con los supuestos criminales).

Y es que, cuando algo malo le pasa a una persona común y corriente, no pasa nada... es como si nada hubiera sucedido porque no pasó por televisión. Lo peor es que las personas comunes comienzan a permearse de ese sentimiento y a pensar que, verdaderamente, si les pasan cosas a ellos, es cosa normal. Pero, ¿qué cuando le pasa a alguien famoso? "¡Pobre!"

Hace unos días me enteré de la muerte de un cantante de música banda (música norteña típica de México). Al parecer fue secuestrado, junto con otras personas, al terminar uno de sus conciertos. Las otras personas fueron liberadas, pero él fue asesinado y su cuerpo se encontró tiempo después.

No sé a ustedes, pero eso me lleva a mí a sospechar que el secuestro fue solamente una pantalla, lo que realmente se pretendía era que el cabrón se muriera... y se murió. ¿Por qué? Puede haber montones de razones que van desde los celos hasta las deudas de juego, pasando, por supuesto, por el consabido narcotráfico que a cada rato le cuelgan un montón de muertitos.

¿Por qué entonces no dice la gente que el tipo se murió por estar involucrado en el narcotráfico? ¿Por qué pensar en injusticias en este caso si, en cualquier otro, lo primero que pensamos es en lo peor?

Hace poco le llamaron a una Senadora (o Diputada, da igual) a su celular y le dijeron que tenían a su hijo secuestrado. Obviamente era mentira, pero la señora se asustó y puso el grito en el cielo... Y la sociedad también... Seguro muchos pensarán que antes ésto no pasaba, que son cosas que se les empiezan a ocurrir apenas a los delincuentes. Si la televisión no lo anuncia, nosotros ni por enterados.

Y, lamentablemente, dado que los medios de comunicación (al menos la mayoría) están controlados por las altas esferas del poder, lo único que éstos denuncian es lo que les afecta a ellos, a los que están arriba, a los que les roban su Hummer o su Bentley y se asustan y no quieren volver a salir de sus mansiones, a los que les derriban sus jets privados sobre la Sierra de Guerrero, a los que secuestran y tienen para pagar las millonadas y pueden vivir para contarlo...

Los demás, los que no tenemos para rescatar a alguien de un secuestro, los que si nos roban nuestro vocho tenemos que salir a trabajar al día siguiente aunque sea a pie, los que no tenemos que nos quiten más que la vida, etc... Nosotros, somos los que sufrimos las verdaderas injusticias y, según Pati Chapoy, el Orijel y tantas otras mierdas televisivas, las merecemos...

Ellos no, pobrecitos... tan felices que nos hacen a todos con sus canciones mierderas que hablan sobre narcotráfico, asesinatos, secuestros, etc...



¡Las opiniones vertidas en este texto no reflejan más que lo que a mí me de mi
chingana que reflejen! Obviamente, son personales y libres para que cualquiera
se sienta identificado con ellas o no, o bien, para ser atacadas y desmentidas.

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