16.5.07

Putting Holes in Happiness: breve reflexión sobre el nuevo álbum de Marilyn Manson


Encontrar la felicidad. Sufrirla y aceptarla con todos sus matices, sus aromas y sus sabores. Sobrevivir a la felicidad y a su poder para deshebrar el espíritu. Encontrar aún en ella el motor de la inspiración y de la creatividad.

Éso significa ser feliz: perderlo todo en algo o en alguien, perderse en un mundo de arcilla que cubre todo lo que existe y que lo moldea y lo transforma en algo que nosotros ansiamos ver (un atardecer a su lado, sus ojos, su piel)... Entonces, ¿qué pasa en el momento en el que la felicidad se pierde? El mundo de arcilla se derrite y cae a pedazos sobre el asfalto, sobre los árboles y sobre la tierra polvorienta. Todo aquello que antes nos enorgullecía ver se convierte en un recuerdo terrible y melancólico que lastima la vista.

Sin embargo, el recuperar la vista de éste mundo es también recuperarse a sí mismo. Recuperar la perspectiva de todo aquello que nos enfurece, nos perturba y nos lleva a la depresión. Vernos a nosotros mismos como una extensión lógica y putrefacta de éste mundo.

Y regresa la inspiración y la creatividad.

Sería imposible pensar en que no regresaran. Uno debe sacar ése exceso de energía, ésa inercia.

Éso le pasó a Marilyn Manson: Encontró la felicidad en una mujer y creó un álbum con la ilusión y la alegría de un niño. Se casó con ella (Alejandro Jodorowski ofició la ceremonia) y vivieron felices, pero no para siempre.

Se separó de ella, lo dejó solo en medio de su felicidad y el mundo de arcilla que Manson había creado (remítanse al The Golden Age of Grotesque para conocer qué clase de mundo era) se desmoronó sobre él.

Entonces Manson imaginó éste álbum, se fue generando velozmente (la imaginación y la creatividad de Manson alimentada por las composiciones de Tim Skold). Su mundo se había transformado y, por tanto, también su obra.

Eat Me, Drink Me no es una repetición. No se parece a lo que ha hecho anteriormente, pero aún así guarda cierta cohesión en cuanto a su obra en general: oscura, melancólica, hiriente. Ésta vez no se despotrica en contra de la sociedad, sino de la psique humana, de lo que llamamos amor y de la felicidad.

Musicalmente, éste álbum anda por terrenos nuevos para la banda: Doors, Pink Floyd, música setentera en general junto con algo de música de los 80's. Algo muy distinto del rock industrial al que nos tenían acostumbrados, supongo que por ello saca de onda un poquito al principio.

11 canciones, lo que significa que cada una dura entre 4 y 6 minutos. Éso significa también que cada una debe mantener la atención durante dicho tiempo. Es ahí donde entra el talento de Tim Skold, quien, finalmente, me anda convenciendo de sus dotes como compositor.

Habrá que ver cómo funciona éste álbum en vivo. Esperemos que podamos verlo de nuevo por acá en México y que el señor Manson encuentre la felicidad en algún otro lugar/ser vivo/objeto.

MP3: Marilyn Manson - Putting Holes in Happiness

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