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Ya hablamos de sexo en este blog. No es nada del otro mundo. Tampoco es que nosotros nos demos los aires de muy conocedores al respecto.
Pero, ¿por qué volvemos a hablar aquí acerca de un tema tan sobado? ¿Qué tiene de revolucionario el sexo?
¿Han escuchado el término "revolución sexual"? Pues más allá de hablar de una sola "revolución sexual", aquí podemos hablar de varias. Cientos, quizás.
Avoquémonos a las más importantes. Aquellas que cambiaron el destino del mundo como lo conocemos y que, esencialmente, se deben a los esfuerzos de unos cuantos por sentirse más satisfechos en sus relaciones sexuales.
Y ustedes se preguntarán: ¿cómo los deseos de un ser humano, sus pasiones más bajas, pueden cambiar el destino del mundo?
Tomemos como ejemplo la moneda... Sí, la moneda. El uso de la moneda como símbolo de valor económico se originó en la antigua Roma como una manera sencilla de exhibir las necesidades a las prostitutas de las distintas regiones del imperio sin depender del idioma. Cada una de ésas monedas tenía grabada una distinta posición sexual. Estas monedas se intercambiaban por los servicios que se mostraban en las inscripciones.
El sexo es revolucionario en esencia porque se trata del mayor tabú de la humanidad desde tiempos remotos. El sexo se ha practicado y disfrutado de muy diversas formas a lo largo de los años, sin embargo, siempre han existido aspectos del mismo que se consideran prohibidos. Esto implica que, dada la característica prohibida de estos aspectos, se busque continuamente la manera de romper con ésas convenciones.
La homosexualidad, por ejemplo, no es un aspecto de la sexualidad humana recién descubierto, sino más bien recién redescubierto. En la antigua Grecia era bien visto que los grandes sabios se deleitaran la pupila (entre otras cosas) con los gimnastas más notorios de la época; de hecho era considerado necesario para fomentar la creatividad en los genios.
Durante la Edad Media, por otro lado, se decidió romper con esos convencionalismos y llevar una vida recatada y dedicada a la fé y la religión. Sin embargo, muchas de esas prohibiciones fueron desechadas de manera subterránea (lo cual dió origen a rituales de tipo sexual que después se malinterpretaron como brujería).
Recordemos que, para que exista una revolución, se necesita que un orden establecido sea reemplazado por uno nuevo. En el caso de lo que conocemos como "revolución sexual", teníamos el estricto y cerrado orden de los Estados Unidos de los años 40 que rechazaba todo tipo de atuendo, actitud, desenvolvimiento, etc. que consideraran "anormal"; esto siempre de acuerdo a lo que la sociedad considerara normal o anormal. Todo vino a dar al traste con la aparición del Rock n' Roll y sus bailes sensuales y diabólicos, la invención del bikini y de las minifaldas, entre otras circunstancias.
El matriarcado de las culturas egipcias y mesopotámicas fueron reemplazadas por el culto a la belleza masculina y la agresividad de los héroes en combate de la antigua Grecia y Roma, la cual fue reemplazada por el oscurantismo y su vida recatada, el cual fue reemplazado por la lujosa vida victoriana y su hipocresía sexual (vean cualquier película hubicada en dicha época para que me entiendan, de preferencia Quills), la cual fue reemplazada por la vida práctica (incluyendo la vida sexual) de finales del siglo antepasado y principios del pasado...
Lo que podemos deducir de este texto es lo siguiente: la sexualidad humana es tan compleja que es imposible decir qué está bien y qué está mal respecto a ella. El sexo ha revolucionado y seguirá revolucionando nuestra vida mientras sigan existiendo necesidades por parte del ser humano. Lo que uno quiere y necesita, lo que uno desea, puede terminar siendo la siguiente revolución sexual. El sadomasoquismo, la lluvia dorada, la doble penetración, etc. no son cosas nuevas, solo son cosas que uno ha venido redescubriendo...
Les dejo una canción que viene bien para este texto, a manos de una banda que hace música que bien podría ser usada para un table-dance... los Eagles of Death Metal.
MP3: Addicted to Love (Tina Turner Cover)
Ya hablamos de sexo en este blog. No es nada del otro mundo. Tampoco es que nosotros nos demos los aires de muy conocedores al respecto.
Pero, ¿por qué volvemos a hablar aquí acerca de un tema tan sobado? ¿Qué tiene de revolucionario el sexo?
¿Han escuchado el término "revolución sexual"? Pues más allá de hablar de una sola "revolución sexual", aquí podemos hablar de varias. Cientos, quizás.
Avoquémonos a las más importantes. Aquellas que cambiaron el destino del mundo como lo conocemos y que, esencialmente, se deben a los esfuerzos de unos cuantos por sentirse más satisfechos en sus relaciones sexuales.
Y ustedes se preguntarán: ¿cómo los deseos de un ser humano, sus pasiones más bajas, pueden cambiar el destino del mundo?
Tomemos como ejemplo la moneda... Sí, la moneda. El uso de la moneda como símbolo de valor económico se originó en la antigua Roma como una manera sencilla de exhibir las necesidades a las prostitutas de las distintas regiones del imperio sin depender del idioma. Cada una de ésas monedas tenía grabada una distinta posición sexual. Estas monedas se intercambiaban por los servicios que se mostraban en las inscripciones.
El sexo es revolucionario en esencia porque se trata del mayor tabú de la humanidad desde tiempos remotos. El sexo se ha practicado y disfrutado de muy diversas formas a lo largo de los años, sin embargo, siempre han existido aspectos del mismo que se consideran prohibidos. Esto implica que, dada la característica prohibida de estos aspectos, se busque continuamente la manera de romper con ésas convenciones.
La homosexualidad, por ejemplo, no es un aspecto de la sexualidad humana recién descubierto, sino más bien recién redescubierto. En la antigua Grecia era bien visto que los grandes sabios se deleitaran la pupila (entre otras cosas) con los gimnastas más notorios de la época; de hecho era considerado necesario para fomentar la creatividad en los genios.
Durante la Edad Media, por otro lado, se decidió romper con esos convencionalismos y llevar una vida recatada y dedicada a la fé y la religión. Sin embargo, muchas de esas prohibiciones fueron desechadas de manera subterránea (lo cual dió origen a rituales de tipo sexual que después se malinterpretaron como brujería).
Recordemos que, para que exista una revolución, se necesita que un orden establecido sea reemplazado por uno nuevo. En el caso de lo que conocemos como "revolución sexual", teníamos el estricto y cerrado orden de los Estados Unidos de los años 40 que rechazaba todo tipo de atuendo, actitud, desenvolvimiento, etc. que consideraran "anormal"; esto siempre de acuerdo a lo que la sociedad considerara normal o anormal. Todo vino a dar al traste con la aparición del Rock n' Roll y sus bailes sensuales y diabólicos, la invención del bikini y de las minifaldas, entre otras circunstancias.
El matriarcado de las culturas egipcias y mesopotámicas fueron reemplazadas por el culto a la belleza masculina y la agresividad de los héroes en combate de la antigua Grecia y Roma, la cual fue reemplazada por el oscurantismo y su vida recatada, el cual fue reemplazado por la lujosa vida victoriana y su hipocresía sexual (vean cualquier película hubicada en dicha época para que me entiendan, de preferencia Quills), la cual fue reemplazada por la vida práctica (incluyendo la vida sexual) de finales del siglo antepasado y principios del pasado...
Lo que podemos deducir de este texto es lo siguiente: la sexualidad humana es tan compleja que es imposible decir qué está bien y qué está mal respecto a ella. El sexo ha revolucionado y seguirá revolucionando nuestra vida mientras sigan existiendo necesidades por parte del ser humano. Lo que uno quiere y necesita, lo que uno desea, puede terminar siendo la siguiente revolución sexual. El sadomasoquismo, la lluvia dorada, la doble penetración, etc. no son cosas nuevas, solo son cosas que uno ha venido redescubriendo...
Les dejo una canción que viene bien para este texto, a manos de una banda que hace música que bien podría ser usada para un table-dance... los Eagles of Death Metal.
MP3: Addicted to Love (Tina Turner Cover)
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