13.7.06

Libro: El fin de la pornografía


El Fin De La Pornografía
Ricardo Chávez Castañeda
Editorial Sudamericana

La pornografía está basada en los penes. No hay duda de ello.

Las producciones pornográficas lésbicas no se enfocan a ése mercado en particular, sino que también se hacen pensando en el gusto de los hombres. De modo que, incluso en las películas pornográficas en las que no debería haber ni un solo pene a la vista, tenemos la presencia de dildos o consoladores con formas diversas, pero siempre haciendo referencia a un pene.

Sin embargo, la sociedad en general está basada en un culto a la virilidad masculina y a su expresión más importante: un pene.

Los programas televisivos, las revistas, el radio, todo está encaminado a satisfacer el apetito sexual del segmento masculino de la humanidad, es decir, todo está encaminado a hacer que los penes se pongan erectos.

Mujeres en bikini en los comerciales, imágenes de mujeres en ropa interior en las revistas, locutoras con voces sensuales en la radio... podríamos pensar que también se trata de satisfacer el apetito sexual de las mujeres mostrando torsos desnudos y grandes músculos aquí y allá, pero ¿acaso no se estará más bien satisfaciendo el apetito sexual de los homosexuales?

Finalmente todo va encaminado al instinto sexual de los hombres porque es más poderoso que el de las mujeres. Es algo difícil de explicar, pero es algo muy obvio. Los hombres somos capaces de comprar una revista nada más porque sale Fabiola Campomanes semidesnuda en la portada, somos capaces de ver una novela de Televisa nada más porque queremos ver el increíble escote que trae una de las actrices o porque queremos ver la blusa mojada de Ludwika Paleta...

Éste es un libro difícil, no por ser confuso, sino por el sinnumero de interpretaciones que uno le puede dar a lo que lee.

El protagonista se despierta un día sintiendo algo frío y muerto junto a su pierna, se levanta asustado, pensando que es una rata o algún animal muerto y se topa con la sorpresa de que se le ha desprendido su miembro viril, su pene, su verga.

En adelante, el libro nos lleva de la mano a través de la decadencia de éste hombre ocasionada por ése simple (aunque notoriamente importante) suceso y, más tarde, a través de la decadencia de una sociedad basada en el miembro masculino.

Lo anterior nos deja una interrogante: ¿cómo puede una sociedad basada en la idolatría de los penes, sobrevivir al hecho de que éstos comienzan a desprenderse de sus propietarios y, con el tiempo, se descomponen dolorosamente?

Y si piensan que nuestra sociedad realmente no idolatra a la verga como máxima expresión de vida, poderío, fuerza y sexualidad, tan sólo vean algunas películas pornográficas, algunos anuncios televisivos, hablen con algunas personas, lean algunas revistas, salgan un rato a la calle y se darán cuenta de que todo y todos rendimos honores al miembro masculino, o al menos, a nuestro propio miembro masculino.

En cuanto al estilo narrativo de Chávez Castañeda, hay que decir que maneja mucho el humor negro y que, en una de esas, en lugar de terminar asqueados ante la idea de perder su pene, van a terminar cagandose de la risa ante lo ridículamente necesario que éste es.

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