10.5.06

The beauty of a non-fictional hentai plot


Ya hace un buen tiempo que me gustan las películas pornográficas. He visto de muchos tipos y encuentro a algunas un poco más interesantes y excitantes que otras, pero en general, puedo decir que me agradan bastante.

Sin embargo, algo que no me ha gustado nunca de éste tipo de películas es la trama. No porque crea que necesitan tener una mejor trama (a pesar de que la mayoría presentan una trama muy endeble, hay algunas que son bastante buenas), sino porque creo que no la necesitan. Es decir, ¿de verdad dos personas (o tres, o cuatro o no personas...) necesitan un buen pretexto para tener relaciones sexuales?

Todo se vuelve incluso más ridículo si hablamos de Hentai. Hentai, para quien no lo sepa es el término que se utiliza para referirse a la animación erótica/pornográfica japonesa.

De por sí es difícil que tomen en serio al hentai. Muchos lo menosprecian porque dicen que no hay nada mejor que poder ver a una mujer viva en vez de a un dibujito, otros dicen que lo único que se muestra en el hentai son las fantasías sexuales reprimidas de los japoneses... Si bien podemos decir que lo anterior es cierto, lo mismo podemos decir de la pornografía no animada.

Pero en fin, aún más difícil de tomar en serio es la trama de muchas películas hentai. Desde demonios superpoderosos con tentáculos (no pun intended) hasta extraterrestres gelatinosos con gusto por la carne humana (y no precisamente gastronómico), pasando por brujas hermafroditas con poderes sexuales y hombres superdotados con 2 ó 3... bueno, ustedes entienden el punto.

¿Acaso no es posible una historia simple? La de una mujer a la que le gusta un hombre... o a la que le gusta otra mujer... o la que le gustan 10 hombres o 20... o la de un hombre al que le gusta otro hombre... o al que le guste un caballo... o una oveja... ...lo que sea, no suena tan mal. ¿Por qué esa necesidad de explicar el deseo sexual a través de malabares dramáticos y personajes imposibles?

Eso me llevó a otra pregunta: ¿por qué, en nuestra vida diaria, le ponemos trabas a nuestros deseos sexuales?, ¿por qué, incluso, le encontramos alguna falla a lo que sentimos por alguien con tal de demostrarnos a nosotros mismos que nos equivocamos con ésa persona?

¿Por qué nos saboteamos?

¿Qué tiene que ver el dinero en todo ésto?, ¿o Dios, o la religión, o la familia, o la ropa, o el celular, o el carro, o el "qué dirán", o los amigos, o la libertad, o la política, o la distancia geográfica...?

NADA

Por eso odio las tramas en las películas eróticas/pornográficas. El deseo sexual entre un hombre y una mujer (y viceversa, y entre mujeres, y entre hombres, y entre todo) no tiene nada que ver con derrotar a un demonio de otra dimensión o con salvar al mundo de una invasión extraterrestre... tiene que ver con nosotros mismos. No dejen que el mundo interfiera con lo que sienten y lo que desean. ¡Que el mundo se vaya a la chingada!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SAVÉS? LA RAJA TU COMENTARIO, Y EN MUCHOS ASPECTOS TIENES LA RAZON. PERO DE ALGO HAY QUE AGRADESERLES A ESTOS NIPONES JAPONESES DE QUE SI LAS PELICULAS NO FUERAN TAN FUERA DE LO COMUN SERIA MUY ABURRIDA LA VIDA,YA QUE MUCHOS CARESEMOS DE IMAGINACION(Y AL EXISTIR ESTA CLASE DE EVENTOS PUDISTE ABRIR ESTA PAGINA SI QUE UN POCO MAS DE RESPETO....)PERO BUENA REFLECCION.

Marco L. Hernández dijo...

hombre, yo no tengo más que respeto para los japoneses, si no, checa ésta otra entrada:

http://apuntesdeunrencoroso.blogspot.com/2006/05/la-sombra-del-guerrero.html