David Gilmour
On An Island
Sony, 2006
Pink Floyd ya es historia. Me duele decirlo, pero ya no habrá nueva música de ésa legendaria banda nunca más.
Sus dos miembros principales, David Gilmour y Roger Waters, han creado discos solistas bastante malos. Jamás han logrado llegar al nivel de calidad que en algún momento tuvieron juntos. Lo peor es que éso es lo único que la gente les pide.
Ahora David Gilmour se acerca mucho a dicha meta. Su más reciente disco On An Island es un álbum tranquilo, que refleja la paz que ha conseguido su autor a sus cincuenta y tantos años. Aún así, ésto es lo más cerca que tendremos a un nuevo disco del Floyd (al menos en la onda del "Division Bell").
A través de 51 minutos, la voz y la guitarra de Gilmour nos llevan a través de aguas tranquilas, cielos abiertos y arreglos luminosos y soberbios. La melancolía de los primeros tracks del álbum es interrumpida por las partes centrales del mismo: la majestuosa Take A Breath (que bien pudo estar en "The Wall") y el blues negrísimo de This Heaven, separadas por la atmosférica Red Sky At Night. Luego, la segunda mitad del álbum sigue la tendencia. El equivalente sería estar en medio del mar, en medio de la nada. Tranquilidad, tristeza, nostalgia y solos de guitarra que no revelan lo cansado de las manos que los ejecutan.
El álbum también cuenta con invitados especiales, como Richard Wright (uno de sus excompañeros en Pink Floyd), Jools Holland, Phil Manzanera, George Fame y el compositor clásico contemporáneo Zbigniew Preisner.
Los puntos claves de la obra son las ya mencionadas Take A Breath y This Heaven, además de On An Island, The Blue y Where We Start.
Recomendable para todos aquellos que, como yo, estábamos deseosos de más música floydeana. Ahora falta ver si el nuevo disco solista de Roger Waters también está a la altura.
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