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La revolución está en todas partes. Donde quiera que alguien se atreva a ir en contra de todas las convenciones, ahí está el espíritu revolucionario. No hacen falta más armas que el pensamiento libre.
Durante el siglo XX, el siglo pasado, se realizaron algunos de los avances científicos y tecnológicos más importantes en la historia de la humanidad. Obviamente ha habido muchos descubrimientos que han servido para hacer multimillonarios a algunos tipejos, pero no queremos hablar de ellos en éste momento. Hablemos del lado positivo de la ciencia y la tecnología, de los beneficios que ha traido y del avance que ha significado para la civilización.
Ya sé, ya sé. A veces pareciera que todos los avances científicos están completamente alejados del ser humano promedio, pero basta mirar más a detalle para descubrir que no es realmente así.
Comencemos con una de las disciplinas que más contacto tiene con el ser humano: la medicina. Avances médicos hay a montones, tan solo durante el siglo pasado, pero podemos hablar de tres principales, tres que significaron una verdadera ruptura con las formas y un gran beneficio para la salud humana.
El mayor avance médico ha sido en el área de la cirugía. Cosas que eran impensables hace 100 años, hoy en día nos parecen de lo más normales. Durante los últimos 50 años, se han realizado cirugías de todo tipo, desde los espectaculares reimplantes de miembros o dedos amputados (mediante la utilización de instrumentos quirúrgicos microscópicos que permiten sanar los diminutos nervios y vasos sanguíneos que son indespensables para que el miembro vuelva a funcionar) hasta los transplantes de todo tipo (los cuáles son posibles gracias al uso de fármacos que facilitan la aceptación de los nuevos órganos). También se han hecho posibles las cirugías oculares mediante rayos láser (que evitan que los diabéticos pierdan la vista), la utilización de corazones artificiales, la implantación de prótesis cada vez más funcionales y parecidas a miembros reales, etc. La ciencia se ha adelantado enormidades en éste campo.
Ahora, ¿cómo ayuda ésto a la gente pobre? Bueno, pues de la misma manera en la que ayuda a la gente rica. Muchos de los cirujanos que laboran en uno de los hospitales más caros de la ciudad de Houston, Texas, que trata enfermedades del corazón, también trabajan en el Hospital General Siglo XXI de la Ciudad de México, en donde atienden a personas de bajos recursos con la misma experticia con la que tratarían a un multimillonario. Así, un doctor puede operar a un magnate petrolero en Houston, viajar en avión a la Ciudad de México y operar a una señora de escasos recursos, quizás en un mismo día.
Otro avance significativo en la medicina es en el estudio del cerebro. Tan solo en éste siglo, se ha entendido mucho más que en cualquier otra época. Descubrimientos importantísimos que han desembocado en la creación de tratamientos para enfermedades como la epilepsia y el mal de Parkinson. Se ha descubierto el funcionamiento de numerosos sectores del cerebro, pero uno de los más importantes fue el de los nervios, que nos enseñó que el mundo en realidad es un cúmulo de impulsos eléctricos en nuestro cerebro.
El otro avance importante es en el área de la genética. Muchas de las enfermedades resultaron ser hereditarias, algunas enfermedades que aún resultan desconocidas son más fáciles de investigar sabiendo éso. Hoy en día, las parejas pueden decidir si tener un hijo o no sabiendo las enfermedades que el niño podría heredar, del mismo modo que se están llevando a cabo numerosas investigaciones tratando de desenredar el misterio del genoma humano. Se han descubierto ya los genes responsables de numerosas enfermedades y padecimientos, se busca ya la forma de suprimir muchos de ésos genes antes y después del nacimiento. La información genética cada vez nos dice más acerca de nosotros mismos.
Obviamente, los grandes desarrollos científicos van de la mano con la tecnología. Una cosa no puede funcionar sin la otra. Ya hablamos aquí de la revolución industrial (muy brevemente, sin embargo) y de su influencia en nuestros días, la cual se puede constatar desde la computadora en la que están leyendo ésto hasta el satélite que sobrevuela sus cabezas al momento en el que lo leen.
La tecnología ha tenido numerosos avances en el último siglo, sin embargo, el más importante fue uno cuyo aspecto negativo siempre ha resultado mucho más importante que su aspecto positivo: la energía nuclear.
Cierto, la energía nuclear es una de las formas de energía más poderosas del planeta, su descubrimiento y utilización ha permitido avances en otras disciplinas que no hubieran sido posibles sin ella. Pero, lamentablemente, su uso genera desperdicios enormes y sumamente dañinos para el medio ambiente, la radiación genera mutaciones en todos los seres vivos y, por supuesto, están también la bomba atómica, las armas nucleares y otras formas cada vez más sanguinarias de destruir vidas humanas.
Aquí detenemos ésta entrega, no sin antes agradecerles su amable atención. Los dejo con una canción en honor a la bomba atómica, el más grande y destructivo invento del hombre en el siglo XX, el invento por el que nos recordarán las especies futuras. La canción está a cargo de una de mis bandas favoritas, los Smashing Pumpkins, quienes prometen una reconciliación y un nuevo disco para el próximo año, que, esperemos, será revolucionario en ésto del rock.
MP3: The Smashing Pumpkins - Here's to the atom bomb
La revolución está en todas partes. Donde quiera que alguien se atreva a ir en contra de todas las convenciones, ahí está el espíritu revolucionario. No hacen falta más armas que el pensamiento libre.
Durante el siglo XX, el siglo pasado, se realizaron algunos de los avances científicos y tecnológicos más importantes en la historia de la humanidad. Obviamente ha habido muchos descubrimientos que han servido para hacer multimillonarios a algunos tipejos, pero no queremos hablar de ellos en éste momento. Hablemos del lado positivo de la ciencia y la tecnología, de los beneficios que ha traido y del avance que ha significado para la civilización.
Ya sé, ya sé. A veces pareciera que todos los avances científicos están completamente alejados del ser humano promedio, pero basta mirar más a detalle para descubrir que no es realmente así.
Comencemos con una de las disciplinas que más contacto tiene con el ser humano: la medicina. Avances médicos hay a montones, tan solo durante el siglo pasado, pero podemos hablar de tres principales, tres que significaron una verdadera ruptura con las formas y un gran beneficio para la salud humana.
El mayor avance médico ha sido en el área de la cirugía. Cosas que eran impensables hace 100 años, hoy en día nos parecen de lo más normales. Durante los últimos 50 años, se han realizado cirugías de todo tipo, desde los espectaculares reimplantes de miembros o dedos amputados (mediante la utilización de instrumentos quirúrgicos microscópicos que permiten sanar los diminutos nervios y vasos sanguíneos que son indespensables para que el miembro vuelva a funcionar) hasta los transplantes de todo tipo (los cuáles son posibles gracias al uso de fármacos que facilitan la aceptación de los nuevos órganos). También se han hecho posibles las cirugías oculares mediante rayos láser (que evitan que los diabéticos pierdan la vista), la utilización de corazones artificiales, la implantación de prótesis cada vez más funcionales y parecidas a miembros reales, etc. La ciencia se ha adelantado enormidades en éste campo.
Ahora, ¿cómo ayuda ésto a la gente pobre? Bueno, pues de la misma manera en la que ayuda a la gente rica. Muchos de los cirujanos que laboran en uno de los hospitales más caros de la ciudad de Houston, Texas, que trata enfermedades del corazón, también trabajan en el Hospital General Siglo XXI de la Ciudad de México, en donde atienden a personas de bajos recursos con la misma experticia con la que tratarían a un multimillonario. Así, un doctor puede operar a un magnate petrolero en Houston, viajar en avión a la Ciudad de México y operar a una señora de escasos recursos, quizás en un mismo día.
Otro avance significativo en la medicina es en el estudio del cerebro. Tan solo en éste siglo, se ha entendido mucho más que en cualquier otra época. Descubrimientos importantísimos que han desembocado en la creación de tratamientos para enfermedades como la epilepsia y el mal de Parkinson. Se ha descubierto el funcionamiento de numerosos sectores del cerebro, pero uno de los más importantes fue el de los nervios, que nos enseñó que el mundo en realidad es un cúmulo de impulsos eléctricos en nuestro cerebro.
El otro avance importante es en el área de la genética. Muchas de las enfermedades resultaron ser hereditarias, algunas enfermedades que aún resultan desconocidas son más fáciles de investigar sabiendo éso. Hoy en día, las parejas pueden decidir si tener un hijo o no sabiendo las enfermedades que el niño podría heredar, del mismo modo que se están llevando a cabo numerosas investigaciones tratando de desenredar el misterio del genoma humano. Se han descubierto ya los genes responsables de numerosas enfermedades y padecimientos, se busca ya la forma de suprimir muchos de ésos genes antes y después del nacimiento. La información genética cada vez nos dice más acerca de nosotros mismos.
Obviamente, los grandes desarrollos científicos van de la mano con la tecnología. Una cosa no puede funcionar sin la otra. Ya hablamos aquí de la revolución industrial (muy brevemente, sin embargo) y de su influencia en nuestros días, la cual se puede constatar desde la computadora en la que están leyendo ésto hasta el satélite que sobrevuela sus cabezas al momento en el que lo leen.
La tecnología ha tenido numerosos avances en el último siglo, sin embargo, el más importante fue uno cuyo aspecto negativo siempre ha resultado mucho más importante que su aspecto positivo: la energía nuclear.
Cierto, la energía nuclear es una de las formas de energía más poderosas del planeta, su descubrimiento y utilización ha permitido avances en otras disciplinas que no hubieran sido posibles sin ella. Pero, lamentablemente, su uso genera desperdicios enormes y sumamente dañinos para el medio ambiente, la radiación genera mutaciones en todos los seres vivos y, por supuesto, están también la bomba atómica, las armas nucleares y otras formas cada vez más sanguinarias de destruir vidas humanas.
Aquí detenemos ésta entrega, no sin antes agradecerles su amable atención. Los dejo con una canción en honor a la bomba atómica, el más grande y destructivo invento del hombre en el siglo XX, el invento por el que nos recordarán las especies futuras. La canción está a cargo de una de mis bandas favoritas, los Smashing Pumpkins, quienes prometen una reconciliación y un nuevo disco para el próximo año, que, esperemos, será revolucionario en ésto del rock.
MP3: The Smashing Pumpkins - Here's to the atom bomb